Inclinación funcional de la pelvis

Cómo AtlasPROfilax® puede ayudar con la inclinación funcional de la pelvis


Inclinación funcional de la pelvis

De origen miofascial

El aumento de tono de la musculatura suboccipital (bajo el occipital) tiene un efecto negativo en la elasticidad de los músculos posteriores del muslo (Isquisosurales: flexores de la rodilla y extensores de la cadera) porque ambos pertenecen a la cadena muscular-fascial posterior. Esto induce a la inclinación de la pelvis y afecta negativamente los discos lumbares.

La inclinación de la pelvis es una componente más de las distorsiones posturales y mecánicas que produce el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas. Otras distorsiones propiciadas por éste, son: La anteriorización cefálica, la desalineación mandibular, la rotación anterior de hombros, la ptosis de un hombro, el cambio de la curva dorsal y lumbar; y el cambio en la pisada.

Efectividad, mejorías y limitaciones de AtlasPROfilax® en la inclinación funcional de la pelvis

  • AtlasPROfilax® tiene una efectividad alta (80%) en el mejoramiento de la inclinación funcional de la pelvis, condición que suele acompañar a la escoliosis funcional y al acortamiento funcional de una de las piernas.
  • La curvatura lordótica lumbar depende del nivel de inclinación pélvica. La hiperlordosis (exceso de curvatura) lumbar y la pérdida de lordosis (rectificación de la curva normal) lumbar son condiciones patológicas de la columna, que afectan la inclinación pélvica. El nivel de corrección de ésta, está relacionado con el nivel de degeneración de la columna lumbar.
  • La corrección de la Desalineación Menor del Atlas no tiene incidencia alguna sobre la osteoporosis, artrosis y demás procesos degenerativos de la cadera. Si bien, la distribución de peso y carga a la zona lumbosacra y las caderas, tiende a normalizarse tras la aplicación de AtlasPROfilax®, lo que mejora especialmente el dolor y la claudicación de la marcha.

La inclinación pélvica puede ser producto de alteraciones morfológicas como  osteoartritis, osteoporosis, luxación o fractura de cadera; o bien por procesos inflamatorios secundarios a infección por tuberculosis, salpingitis, enfermedad pélvica inflamatoria, etc. Todas esas constituyen serias limitaciones para la efectividad de la corrección del DIM de C1.

Testimonios

AtlasPROfilax y la inclinación funcional de la pelvis

Bibliografía relacionada:

  • Frank Scali, Eric S.Marili, Matt E. Pontell. 'Anatomical Connection Between the Rectus Capitis Posterior Major and the Dura Mater'. Spine 2011.
  • Gary D. Hack, Peter Ratui, John p. Kerr, Gwendolyn F. dunn, Mi Young Toh. 'Visualisation of the Muscle-Dural Bridge in the Visible Human Data Set'. The Visible Human Project, National Library of Medicine.
  • Dr Nick Hodgson 2006 www.torquerelease.com.au The Role of the Spinal Dura Mater in spinal Subluxation.
  • Piva SR,Erhard RE,Childs JD,Hicks G,Al-Abdulmohsin H. Reliability of measuring iliac crest level in the standing and sitting position using a new measurement device.Source:Department of Physical Therapy, School of Health and Rehabilitation Sciences, University of Pittsburgh, Room 6035 Forbes Tower, Pittsburgh, PA 15260, USA.

Advertencia

Por favor, lea nuestra advertencia.

No es nuestra pretensión que los lectores de esta página web asuman que el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas es la causa única de los problemas de salud enunciados a continuación en este apartado. El dolor suele ser una señal de alerta de que hay una lesión tisular real o potencial, por lo que es preciso acudir al especialista para advertir de sus posibles causas.

P.e. una cefalea o un dolor local puede tener muchas causas y ser una señal de que una enfermedad está en curso. Incluso un aparente dolor muscular benigno puede advertir de un trastorno metabólico, inmunológico, vascular o  articular. Por ello, si tiene alguno de estos problemas de salud, consulte con su médico y siga el tratamiento respectivo. Recuerde autogestionar su salud con celeridad.

AtlasPROfilax® es un método kinesiológico que secunda a la medicina alopática y a la natural así como a la odontología ortopédica. En ningún caso interfiere o reemplaza los tratamientos médicos – odontológicos ni los medicamentos. El único objetivo que persigue es corregir el DIM del Atlas para mejorar la calidad de vida del paciente y para hacer de éste un terreno más fértil para cualquier tratamiento y terapia posterior.

De igual forma que una gran cantidad de pacientes reacciona bastante bien con especialidades de la medicina complementaria (homeopatía, terapia neural, acupuntura, naturopatía, aromaterapia, nutracéutica, osteopatía, quiropraxis, masajes, terapias energéticas, etc.) hay siempre, una población que por poca receptividad a estas técnicas o por la condición de su propia salud, no tiene los resultados esperados. 

Asimismo y tal y como citan los biólogos chilenos Maturana y Varela, “Los seres vivos son redes de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus interacciones la misma red que las produce”. Ese principio de autopoiesis que trata de la autoproducción y autorregulación, explica por qué algunos pacientes evolucionan favorablemente con una terapia mientras que otros no.

Todo lo anterior para puntualizar que la corrección del DIM del Atlas se ha mostrado altamente efectiva en la disminución del dolor miofascial crónico benigno, en algunos trastornos funcionales de la postura así como en el reordenamiento del Sistema Tónico Postural. Sin embargo y como ocurre en cualquier especialidad de la medicina complementaria, los resultados son proporcionales a la autopoiesis del paciente. 

Existen varias probables etiologías para el desarrollo de disfunciones y dolor en el cuerpo, desde las alteraciones endógenas (genéticas, congénitas, autoinmunes, etc.), exógenas (alérgicas, iatrógenas, patógenas, etc.), ambientales (mecanoposturales, ergonómicas, profesionales, etc.) y multifactoriales (neoplásicas, idiopáticas, psicosomáticas, etc.). 

La desalineación del Atlas no se había tenido presente hasta el desarrollo de la Osteopatía en 1874 por A. Taylor Still, M.D. y el nacimiento de la Quiropráctica en 1895 por D. D. Palmer.  La inclusión del concepto de Desarreglo Intervertebral Menor se hizo en 1969 por R. Maigne, M.D. El DIM del Atlas, estudiado en profundidad durante 20 años por el Dr. R.-C. Schümperli, E.M., fue publicado en 1993.

El DIM de C1 es uno de los factores detonantes del dolor miofascial pero no es el único. Desarreglos Intervertebrales Menores de cualquier área de la columna vertebral pueden proyectarse en ciertos músculos y ligamentos en forma dolorosa. Esto para precisar que el DIM de C1 no es la justificación para todos los dolores miofasciales, si bien, la corrección de este DIM propicia la reversión de DIMs de otras áreas.

La corrección del DIM de C1 ha resultado altamente favorable para los siguientes casos:

  • Histéresis fascial (Deformación plástica de los tejidos fasciales que impide la longitud correcta de los músculos).
  • Un gran abanico de algias (Cefalalgias, cervicalgias, braquialgias, dorsalgias, lumbalgias, sacralgias, coccigodinia, coxalgia, gonalgia y talalgia).
  • Dolor crónico de carácter no maligno ni metabólico ni autoinmune (Algias musculares, periarticulares y paravertebrales).
  • Propensión a rigidez muscular y articular de carácter no maligno (Que no sea producto de desórdenes metabólicos, genéticos y/o congénitos).
  • Aberraciones de la postura (Que no sean de origen neuropático, miopático y/o osteopático, o por síndromes congénitos o genéticos).
  • Contracturas crónicas (Que no guarden relación con condiciones degenerativas de la columna y las articulaciones).
  • Puntos gatillo (Que afecten principalmente cabeza, cervicales y extremidades superiores). 
  • Algunos síndromes producto del estrés (Que no hayan tenido una buena respuesta terapéutica a las técnicas convencionales).
  • Pobre ejecución de tareas y actividades sencillas (Disminución progresiva de la fuerza y la movilidad, que no tenga origen neuropático o genético).
  • Síndromes posteriores al latigazo cervical (Trastornos del ánimo y el sueño, dolores galopantes y rigidez, todos ellos posterior a un accidente).
  • Algias producto del sedentarismo (En pacientes que tienen un Síndrome Superior Cruzado agravado por su trabajo y su postura).
  • Trastornos relacionados con la Fibromialgia (Cefaleas, trastornos del sueño y el ánimo, algias difusas, alteraciones nerviosas de intestinos, etc.). 
  • Desórdenes osteomusculares de difícil diagnóstico por su sintomatología camaleónica (Que no tengan carácter maligno ni genético ni autoinmune).
  • Cefalea cervicogénica (Que no sea producto de alteraciones apofisiarias ni facetarias ni discales de la columna cervical).
  • Cefalea tensional (Que no tenga relación con trastornos vasculares ni articulares de la columna cervical).
  • Cefalea vascular (De carácter no maligno y que no tenga relación con la presencia de tumores, coágulos y/o aneurismas). 
  • Dificultad para sostener la cabeza (Que no esté relacionada con osteoporosis, enfermedad neurológica e inestabilidad cervical).
  • Mareo y vértigo de origen cervical (Que no sea producto de osteofitos cervicales, discartrosis cervical y aplastamiento vertebral).
  • Dolor relativo al síndrome de Fatiga Crónica (Que no sea generado por tiroiditis, rotavirus, candidiasis ni vulnerabilidad química).
  • Trastornos de los discos intervertebrales, en especial aquellos de la región lumbar. (Excepto las espondilolistesis, discartrosis y tumores).