Langley descubrió a principios del siglo XX que el tubo digestivo y algunos órganos relacionados cuentan con una red amplísima de neuronas con autonomía propia y una fina regulación por parte del sistema nervioso central. Se trata del sistema nervioso entérico que forma parte del sistema nervioso autónomo y se encuentra en esófago, estómago, intestino delgado y colon.
Las neuronas del sistema nervioso entérico se recogen en dos tipos de ganglios llamados plexos nerviosos. Para controlar y regular esos plexos, estos tienen comunicación con el sistema nervioso simpático (que nace en la columna vertebral dorsal y lumbar) y el sistema nervioso parasimpático (que nace en el tallo cerebral y del que forma parte también, el nervio vago).
La médula espinal que se continúa con el encéfalo a través del bulbo raquídeo y a nivel del agujero craneal (foramen magnum), se ramifica y da origen a 31 pares de nervios raquídeos. Los pares que van de las vértebras T5 a L2 son quienes llevan las fibras del sistema nervioso simpático a todo el aparato digestivo, tras reunirse con unos ganglios específicos (celíaco y mesentéricos).
Es el nervio vago (par craneal X) quien lleva fibras del sistema nervioso parasimpático a las proximidades del esófago, estómago, páncreas y mitad del intestino grueso. Y es el plexo sacro quien lleva las fibras parasimpáticas al colon descendente, colon sigmoideo, recto y ano. Todas estas acciones mediadas para estimular la secreción y motilidad intestinal.
Los trastornos intestinales de origen infeccioso, por intolerancias alimenticias a la lactosa, el gluten y otros; por malabsorción de los carbohidratos, por parasitosis, o consecuencia de desórdenes de ansiedad, representan una efectividad menor a la corrección de la Desalineación Menor del Atlas, teniendo en cuenta que NO todo proviene del Atlas.
AtlasPROfilax y la hipersensibilidad y trastornos de los nervios intestinales
"¡He sentido un alivio increíble! La calidad de vida mejoró 100%".
Por favor, lea nuestra advertencia.
No es nuestra pretensión que los lectores de esta página web asuman que el Desarreglo Intervertebral Menor del Atlas es la causa única de los problemas de salud enunciados a continuación en este apartado. El dolor suele ser una señal de alerta de que hay una lesión tisular real o potencial, por lo que es preciso acudir al especialista para advertir de sus posibles causas.
P.e. una cefalea o un dolor local puede tener muchas causas y ser una señal de que una enfermedad está en curso. Incluso un aparente dolor muscular benigno puede advertir de un trastorno metabólico, inmunológico, vascular o articular. Por ello, si tiene alguno de estos problemas de salud, consulte con su médico y siga el tratamiento respectivo. Recuerde autogestionar su salud con celeridad.
AtlasPROfilax® es un método kinesiológico que secunda a la medicina alopática y a la natural así como a la odontología ortopédica. En ningún caso interfiere o reemplaza los tratamientos médicos – odontológicos ni los medicamentos. El único objetivo que persigue es corregir el DIM del Atlas para mejorar la calidad de vida del paciente y para hacer de éste un terreno más fértil para cualquier tratamiento y terapia posterior.
De igual forma que una gran cantidad de pacientes reacciona bastante bien con especialidades de la medicina complementaria (homeopatía, terapia neural, acupuntura, naturopatía, aromaterapia, nutracéutica, osteopatía, quiropraxis, masajes, terapias energéticas, etc.) hay siempre, una población que por poca receptividad a estas técnicas o por la condición de su propia salud, no tiene los resultados esperados.
Asimismo y tal y como citan los biólogos chilenos Maturana y Varela, “Los seres vivos son redes de producciones moleculares en las que las moléculas producidas generan con sus interacciones la misma red que las produce”. Ese principio de autopoiesis que trata de la autoproducción y autorregulación, explica por qué algunos pacientes evolucionan favorablemente con una terapia mientras que otros no.
Todo lo anterior para puntualizar que la corrección del DIM del Atlas se ha mostrado altamente efectiva en la disminución del dolor miofascial crónico benigno, en algunos trastornos funcionales de la postura así como en el reordenamiento del Sistema Tónico Postural. Sin embargo y como ocurre en cualquier especialidad de la medicina complementaria, los resultados son proporcionales a la autopoiesis del paciente.
Existen varias probables etiologías para el desarrollo de disfunciones y dolor en el cuerpo, desde las alteraciones endógenas (genéticas, congénitas, autoinmunes, etc.), exógenas (alérgicas, iatrógenas, patógenas, etc.), ambientales (mecanoposturales, ergonómicas, profesionales, etc.) y multifactoriales (neoplásicas, idiopáticas, psicosomáticas, etc.).
La desalineación del Atlas no se había tenido presente hasta el desarrollo de la Osteopatía en 1874 por A. Taylor Still, M.D. y el nacimiento de la Quiropráctica en 1895 por D. D. Palmer. La inclusión del concepto de Desarreglo Intervertebral Menor se hizo en 1969 por R. Maigne, M.D. El DIM del Atlas, estudiado en profundidad durante 20 años por el Dr. R.-C. Schümperli, E.M., fue publicado en 1993.
El DIM de C1 es uno de los factores detonantes del dolor miofascial pero no es el único. Desarreglos Intervertebrales Menores de cualquier área de la columna vertebral pueden proyectarse en ciertos músculos y ligamentos en forma dolorosa. Esto para precisar que el DIM de C1 no es la justificación para todos los dolores miofasciales, si bien, la corrección de este DIM propicia la reversión de DIMs de otras áreas.
La corrección del DIM de C1 ha resultado altamente favorable para los siguientes casos: